Eddy Stevens
Eddy Stevens es un pintor extraordinario nacido en Brasschaat (Amberes), en mayo de 1965.
Asistió a la Academia de Artes en St. Niklaas y fue estudiante de Guy Wauters y Sonya Rosalia Bauters.
Presentó su primera exposición a los 16 años, y su trabajo es conocido en Bélgica, Holanda, Francia, Gran Bretaña y USA.
Acompaño la selección de obras con fragmentos de texto de Frans Jerusen que se puede leer completo (en inglés) en el facebook del artista sitio web del artista.
"Complementair / Complementario / Complementary", 60 x 120 cm.
"Opluchting / Alivio / Relief", 180 x 180 cm.
Cuando Cuchulain, mitad hombre, mitad hijo de los dioses, fue atrapado por una inspiración sobrenatural, un extraño aleteo de luz apareció alrededor de su cabeza. Llenos de admiración, las antiguas crónicas irlandesas la llamaban "espinos de luz" del héroe. En el caso de Cuchulain anunciaba un frenesí bélico que lo haría absolutamente invencible en el campo de batalla y le hizo desafiar la oscuridad del mal con todos sus poderes. En sentido amplio, sin embargo, esta luz puede explicarse como la intromisión de lo divino en el mundo de lo humano.
La imagen que acabamos de evocar ilustra hasta qué punto esa "luz desde arriba", esa "más que personal" inspiración que también identifica los lienzos de Eddy Stevens, es el factor crucial que lo determina todo. Hace la diferencia entre una lucha con final incierto y la victoria, pero también entre una buena pintura y una auténtica obra de arte. Esta brillantez ilumina el mundo de fantasía alrededor de Eddy Stevens y lo transforma en lo que el propio artista llama un "mundo de vida espiritual". Stevens dice sobre sí mismo "lo que no existe en la realidad, es posible en mis pensamientos y yo lo incorporo a mis pinturas".
"Het Licht Van Binnen / Luz desde el interior / Light From the Inside", 100 x 100 cm.
"Alleen De Nacht Kent Mijn Dromen / Sólo la noche conoce mis sueños /
Only the Night Knows my Dreams", 140 x 80 cm.
El primer trabajo que hizo fue un paisaje lunar cuando tenía 12 años. Eddy, soñador e introvertido tanto entonces como ahora, pintaba un lugar que "no estaba aquí", pero más real para él que cualquier cosa que pudiera percibir con sus ojos. No era un anhelo por lejanos lugares exóticos, sino la visualización de un lugar silencioso donde su mundo revelaba su interior vulneable, donde las ondas en las aguas negras de la vida emocional desaparecían y la imagen se volvía clara. Así comenzó su búsqueda personal y artística que uno podría llamar "un sueño protegido". Los sueños nos revelan a los humanos lo que es más importante y más real. Un verdadero artista debe tener un talento único para revelarlo a los otros, pero por supuesto esos otros a cambio deben permitirle desarrollar su talento.
"De Vier Elementen / Los 4 elementos / The 4 Elements", 120 x 60 cm.
"Het Lokaas / El Cebo / The Bait", 80 x 140 cm.
En el colegio, sólo conseguía buenas calificaciones en las materias creativas; el resto no tenían interés para él. Le gustaba hacer alfarería en el garage, que había sido refaccionado y convertido en taller. El hobby de su hermano Walter era recoger reptiles por ahí. Una visita del pintor Guy Wauters lo cambió todo. La mesa de trabajó desapareció, y una paleta tomó su lugar. Estaba clarísimo que lo del colegio no iba a funcionar. Eddy tuvo que salir a buscar trabajo. Así, los dos hermanos y su padre iban a Amberes cada día. Walter iba a la Universidad y Eddy estaba empleado en la empresa de corte de diamantes de su padre. Allí se destacó dibujando las líneas de corte para los diamantes en bruto con asombrosa precisión. Esto le dijo algo acerca de su extraordinario poder de observación y su aguda mirada, cualidades que retornarían con claridad en sus pinturas. Asistió regularmente a la Academia de Artes en Saint Niklaas y entró en contacto con la pintora Sonya Rosalia Bauters. Ella lo acogió. No era fácil de satisfacer con lo que Eddy hacía, y así se convirtió en la fuente de la gran técnica y habilidades artísticas de Eddy. Sólo en su estudio se sentía como pez en el agua, pero inevitablemente tenía que acudir a diario al negocio de corte de diamantes, lo que le ocasionaba un creciente descontento.
Fuera cual fuera la situación, al menos cobraba buen dinero, lo que le permitió viajar al lejano Oriente y a Estados Unidos. Sus experiencias lo fortalecieron como ser humano y como persona. Ganó un fuerte apego a la vida. Así, se quedó 6 meses en Mumbai (Bombay) y se adentró profundamente en la emocionalidad y sensibilidad subyacente en la cultura y el arte indios. Cuando volvió a poner los pies en su tierra natal cortó por lo sano y decidió que de ahí en adelante no haría otra cosa sino pintar. Al principio no le fue posible ganarse la vida con el arte, así que tomó encargos para murales, frescos y escenografías. De hecho tenía un pequeño taller como muchos pintores flamencos antes que él, y al igual que ellos se encargó de tener siempre algo de tiempo para trabajar por libre. ¡Y así es como todo sucedió desde el principio!
"De Aanvaarding / La aceptación / The Aceptance", 150 x 100 cm.
Para Stevens la forma femenina no sólo es lo más hermoso que existe, también tiene significados simbólicos mucho más profundos que la masculina. Este hecho también significa que esa riqueza extra en simbolismo, ese cruce de asociaciones, "amuebla" al artista con un gran número de "palabras" para contar una historia en la cual los modelos de sus obras son los "dramatis personae". En estos años tempranos Eddy pasó mucho tiempo actuando en escenarios y los paralelos con su trabajo ciertamente no son una coincidencia. El teatro y la interpretación no son falsas semblanzas, sino una actuación de la realidad y es esta realidad que lo presenta forzosamente como un director escénico de sus pinturas.
"Een Luister end Oor / Un oído atento / A Listening Ear", 90 x 130 cm.
Más adelante desarrolló exitosamente sus habilidades artísticas para reproducir ciertas emociones de una forma plástica y figurativa, pero el equilibrio entre esas dos vertientes de su existencia artística - la inspiración silenciosa y la técnica refinada - siempre resulta precario. Debe realimentarse una y otra vez a través de una concentración suprema.
Cualquiera que mire las pinturas de Stevens debe llegar a la conclusión de que ha alcanzado las cotas supremas de su arte en los lienzos para los cuales ha posado su esposa. Eddy se muestra capaz de expresar una asombrosa variedad de matices emocionales y significados en su representación del cuerpo. Las poses en las cuales coloca a Sophie casi siempre muestran una especie de tensión que la mantiene dentro de sí misma. No sólo mira hacia sus adentros, sino que también parece como si apenas se diera cuenta de dónde está, como si estuviera escuchando algo al filo de la capacidad auditiva del ser humano. Bajo tales circunstancias los alrededores ya no pueden ser un contexto en el sentido habitual de un paisaje que los contiene o una especie de demarcación del lugar. Los alrededores pasan a ser "el otro lugar fuera" de la juventud de Eddy, el lugar que "no era aquí", por así decirlo, fuera de los límites del mundo cotidiano. Mejor aún, los alrededores se muestran a sí mismos como silencio y marco a la vez. Por encima de esto hay una página en blanco en la cual todos los pensamientos y ponderaciones del modelo pueden hacerse visibles en su propio cuerpo. Sólo de esta manera pueden el artista y el espectador leer su historia así como la historia que Eddy ha puesto en escena.
"De Geïsoleerde Wereld / El mundo aislado / The Isolated World", 80 x 40 cm.
El campo de batalla de Stevens es el arte como expresión eminente de nuestra cultura compartida. Como artista sumamente talentoso, él es también capaz de mostrar a los demás cómo, en la dimensión intemporal mencionada anteriormente, esos "demás" deben relacionarse consigo mismos y con los otros. Una pintura reciente con el título "The Memorial Stone (La lápida)", evoca precisamente esa imagen. Varias personas en solidaridad silente abrazan una piedra llena de marcas que representan la cultura. Están escuchando y pensando mientras esa propia piedra es bañada por la "luz desde arriba". Los individuos están allí por sí mismos, pero comparten un lazo que retrocede más allá de la vida cotidiana, un vínculo que a través de los recuerdos vuelve a un intemporal pasado mitológico y se expresa en la luz temblorosa que rodea la piedra a modo de una corona, como otrora lo hiciera con la cabeza del héroe irlandés de la lanza mágica.
"Vaarwel / Adiós / Farewell", 40 x 80 cm.
"Observatie van de gedachte / Observación de la idea / Observation of the Idea", 30 x 30
Eddy Stevens was born in Brasschaat (Antwerp) on May 16, 1965.
He attented the Art Academy in St.-Niklaas and was a student of Guy Wauters and Sonya Rosalia Bauters and staged his first exhibition when he was 16.
His work is shown in Belgium, The Netherlands, France, Great Britain and the USA.
The text with the images are excerpts of the one by Frans Jerusen you can fully read in artist's facebook. artist's website.
"Eenzaam In Het Paradijs / Solitaria en el Paraíso / Lonely In Paradise", 120 x 80 cm.
When Cuchulain, half man, half son of the sun god, was caught by a supernatural inspiration, a strange fluttering light appeared around his head. Full of awe the old Irish chronicles called it the ‘thorn-bush light’ of the hero. In Cuchulain’s case it announced the battle-frenzy that rendered him absolutely invincible on the battlefield and made him fight the darkness of evil with all his powers. In a broader sense, however, this light may be explained as the intrusion of the divine into the human netherworld. The image we just
evoked illustrates to what degree this ‘light from above’, this ‘more than personal’ inspiration that also typifies the canvases of Eddy Stevens, is the crucial factor determining everything. It makes the difference between a fight with an uncertain outcome and victory but also between a good painting and a true work of art. This radiance illuminates the fantasy world around Eddy Stevens and transforms it to what the artist himself calls a ‘spiritual life-world’. Stevens says about himself “what cannot be in reality is possible in my thoughts and I incorporate it into my paintings”.
"De Prins Op Het Witte Paard / La princesa en el caballo blanco / The Prince On The White Horse", 90 x 130 cm.
"Het Eiland / La Isla / The Island", 120 x 60 cm.
The first work of art he ever made was a moonscape when he was twelve. Eddy, dreamy and introvert then as ever, painted a place that was ‘not here’ but more real to him than anything he could see with his eyes. No craving for far-away exotic places, but the visualisation of the silent place where his world showed its vulnerable inside, where the ripples in the black water of the emotional life disappear and the image becomes clear. Thus he started his personal and artistic quest inside what you might call a protected dream. [painting “A Protected Dream”, page 82] Dreams reveal what to us humans is of the greatest importance and most real. A true artist must have the unique talent to show that to others, but of course these others in turn have to allow him to develop his gift.
At school Eddy only got straight A’s for the creative subjects, as the rest was of no interest to him. He liked to potter about in the garage that had been refashioned into a workshop. His brother Walter kept reptiles over there as a hobby. A visit by the painter Guy Wauters changed all that. The worktable had to go and an easel took its place. It was as plain as a pikestaff that school was not really going to work out. Eddy had to go and look for a job. Thus the two brothers and their father went to Antwerp every day. Walter attended university and Eddy was employed in his father’s diamond-cutting factory. Down there he excelled in drawing the important saw-lines on the rough diamonds with astonishing precision. This tells us something about his extraordinary powers of observation and his sharp gaze, qualities that clearly return in his paintings. He regularly went to the Art Academy in Sint Niklaas and came into contact with the painter Sonya Rosalia Bauters. She took him under her wing, was not easily satisfied with what he did and became the source of Eddy’s great technical and artistic skills. Alone in his studio he felt like a fish in water, but inevitably he had to go to the diamond-cutting shop every day with a growing dislike.
Whatever the situation - at least he made good money, which enabled him to travel to the Far East and America. His experiences strengthened him as a human being and as a person. He gained a firmer grip on life. Thus, he stayed in Bombay for six months and acquired a deep insight into the underlying emotionality and sensitivity of Indian art and culture. When he set foot again on his native soil he cut to the chase and decided that henceforward he would do nothing but paint. At first it was not possible to make a living out of art, so he took commissions for murals, frescoes and stage sets. In fact he had a small painting-factory like many early Flemish painters before him, and just like them he saw to it that there was always some time for free work. That is what it had all been about from the beginning!
"Rust / Descanso / Rest", 120 x 120 cm.
To Stevens the female form is not only the most beautiful thing that exists, but it is also of a much deeper symbolic significance than that of the male. The latter fact also means that the extra riches in symbolism, that crossroads of associations, furnishes him with a greater number of ‘words’ to tell the story of which the models in his paintings are the dramatis personae. In his early years Eddy spent much time playing on stage and the parallels with his work are certainly no coincidence. The theatre and the play are no false semblance but an acting of reality and it is this reality that forcefully presents itself in the stage-management of his paintings.
Lately he has succeeded in developing his artisan’s skill at rendering certain emotions in a plastic and figurative fashion, but the equilibrium between these two sides of his artistic existence - the silent inspiration and the refined technique - always remains precarious. It must be regained time and again by means of supreme concentration.
Anyone who looks at Stevens’ paintings must come to the conclusion that he reaches an all-time high of his art in the canvases for which his wife has posed. Eddy shows himself capable of expressing an astonishing variety of emotional nuances and meanings in his representation of her body. The poses in which he puts Sophie almost always show a kind of tension that keeps her within herself. [painting “Surrounded”, page 14 + painting “The Search”, page 19] Not only is her gaze directed inwardly, but it also seems as if she is hardly aware of where she is, as if she is listening to something on the edge of the human ability of hearing. Under such circumstances the surroundings can no longer be a context in the usual sense of a landscape that frames us or a kind of demarcation of the spot. The surroundings become the other place out of Eddy’s youth, the spot that was ‘not here’, that is to say, outside the boundaries of the everyday world. Better still, the surroundings show themselves to be silence and frame at once. On top of that they are the white page on which all thoughts and ponderings of the model can be made visual in her own body. Only in this way can the artist and the spectator read her story as well as the story that Eddy puts on the stage.
"Le Guardian / El guardián / The Guardian", 140 x 80 cm.
Stevens’ battlefield is art as a very eminent expression of our shared culture. Being a very talented painter he is also able to show to others how, in the timeless dimension mentioned above, they must relate to themselves and to others. A recent painting bearing the title “The Memorial Stone” [page 81] evokes that very image. Several people in silent solidarity bend over a stone full of markings, representing culture. They are listening and thinking but at the same time the stone is a holy stone suffused with the ‘light from above’. Individuals that stay themselves but share a tie that goes back way beyond everyday life, a tie that in remembering returns to a timeless mythological past and expresses itself in the fluttering light that surrounds the stone in the fashion of a wreath as once the head of the Irish hero holding the magic spear.
"Zelfportret / Autorretrato / Self Portrait", 70 x 50 cm.
Imágenes publicadas con autorización del artista (¡Muchas gracias, Eddy!)
Images published here with artist's permission (Thanks a lot, Eddy!)
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